“Jamás me imaginé que por andar en camioneta me iban a acusar de un crimen. Esta película de terror empezó para mí en las redes sociales. Así me convirtieron en un chivo expiatorio para la Policía, la investigación y para la prensa”, aseguró Máximo Alejandro Abraham, el acusado de un doble homicidio, al iniciar sus últimas palabras antes de que el tribunal integrado por los jueces Alicia Freidenberg, Stella Maris Arce y Fabián Fradejas se retirara a deliberar una sentencia. La audiencia se volvió maratónica, comenzó ayer a las 15 y concluyó esta mañana, poco antes de la 1, cuando fue condenado a cadena perpetua.

El crimen ocurrió en la madrugada del 13 de febrero de 2019. Abraham se dirigió al parque 9 de Julio a bordo de una camioneta Toyota Hilux blanca. Allí contrató los servicios de Carla, una mujer trans que se convirtió en testigo clave para la causa. Carla declaró en el juicio que cuando se detuvieron frente a la casa del Obispo Colombres, una patrulla policial llegó a los pocos minutos y de ella bajaron dos efectivos. Eran Sergio Páez González y Cristian Peralta. Entonces, según la testigo, Abraham se bajó de la camioneta y abrió fuego contra los policías, que no tuvieron tiempo de defenderse. Páez González falleció en el acto tras recibir un disparo en la cabeza mientras que su compañero agonizó y murió desangrado por una herida de bala en el abdomen.

Según testificaron y relataron los uniformados que acudieron ante el llamado de emergencia, Peralta, antes de ser trasladado al hospital donde intentaron salvarlo, señaló que Carla los había ayudado y que podría llegar a identificar al asesino.

La mujer trans fue contundente a la hora de la rueda de reconocimiento y luego para ratificar ante el tribunal que Abraham era el autor de ambos homicidios.

Leyó su discurso final

Abraham, quien es nieto de Irma Abraham, la “madama” de hoteles alojamiento, fallecida en 2017, reiteró que dos empresarios orquestaron las acusaciones en su contra luego de que él se negara a firmarles “unos papeles”. Repitió lo que había dicho en su última declaración: “me inculparon para quedarse con mis cosas”.

La fiscal Estela Giffoniello había solicitado en ese primer momento que se llamara a declarar a los nombrados por Abraham para que pudieran contestar a estos dichos, pero por orden del tribunal esas medidas podrían tomarse de manera complementaria, una vez que concluyera este proceso.

“Hoy mis enemigos me tienen aquí a su merced. Estoy esperando para recibir una condena por un crimen que no hice. Mi abuela me crió para ser buena persona, a mis 18 años me heredó sus bienes y con ello heredé también un grandísimo problema familiar”, recitó Abraham mientras leía un escrito que había preparado para expresar sus últimas sensaciones previas a la sentencia. Los jueces, tras discutir esta cuestión, le permitieron que siguiera leyendo el discurso, que según su defensora, Abraham había preparado por su cuenta.

“Soy heterosexual. No sé por qué la testigo me inculpó con sus declaraciones. A lo mejor se dejó convencer por la Policía que necesitaba un sospechoso para detener. En este tiempo cambié numerosas veces de abogado porque todos me abandonaron al ver mi situación económica”, continuó el acusado ante las 45 personas que presenciaban el debate ayer a la siesta. “Soy Máximo Abraham y juro que pasaré mi vida tratando de demostrar mi inocencia, o moriré en el intento”, finalizó.

Muchos de esos años de vida los pasará preso, porque el tribunal integrado por Alicia Freidenberg, Stella Maris Arce y Fabián Fradejas lo condenó a prisión perpetua (35 años).

El público

La deliberación de los magistrados se extendió por casi ocho horas. Así, la sala virtual quedó a disposición de un moderador y del público. A pesar de las advertencias de los moderadores, algunos familiares del acusado aprovecharon ese lapso para brindarle su apoyo (mediante el micrófono o mensajes). Por su parte, algunos parientes de las víctimas encendieron sus cámaras para exhibir carteles que clamaban justicia por Páez González y por Peralta.

Si bien no hubo faltas de respeto, era un adelanto de lo que podía pasar durante la lectura del fallo.

Sentencia

Apenas 18 personas aguantaron hasta hoy a la 1 para conocer el fallo.

El tribunal condenó por homicidio agravado a Abraham y dio lugar en forma parcial al pedido de los actores civiles. En ese sentido, el sentenciado deberá pagar $10 millones a cada una de las viudas, Carina Olea y Noelia Ferez.

Tras oír el fallo, uno de los presentes gritó en favor de Abraham.